
Sobre la cuestión "¿desde cuando existo?", ultimamente he sostenido conmigo mismo reflexiones verdaderamente reveladoras, dentro del secretismo de cómplices compañias. Estas revelaciones me muestran que mi existencia, sin caer en el determinismo, procedía de momentos más remotos a mi propio nacimiento, por sorprendente que parezca. En efecto, tal y como explicaré en detalle en futuras entradas de blog en las que me hallo en pleno y efervescente proceso de reflexión y elaborando materiales gráficos, mi existencia, que en adelante referiré como mi conciencia autoconsciente, se hallaba en estado de letargo.
El lugar en el que se hallaba hibernando tenia la forma de combinación genética. Hablando en plata, en el ADN. Cuando fui concebido como embrión (omito los consabidos detalles), se produjo una detonación del despertar de una simple instancia de esa conciencia autoconsciente más, como muchas otras que hay, como cuando una célula de un organismo más aparece como parte constitutiva del mismo.
Pongamos que mi conciencia dormida y asociada en fragmentos de mitades de códigos de otras conciencias, se constituyó como suma de dos mitades y se activó, adquiriendo su forma completa, no demasiado distinta de la que otros embriones poseen. En un momento determinado, que yo dato allá por mis tiernos 4 años, adquirí conciencia permamente de mi mismo. No es que antes no la tuviera, pero si que era intermitente. A partir de ahí brotó y florecí, habiendo siendo antes transportado como en una semilla.

Y lo se porque soy capaz de mirar dentro de tu alma como si me viera a mi mismo dentro de ella.
Esa es la revelación. A nada he de temer ya.
Lo que haré antes de despedirme es decirte, que estaré en todas partes, en toda la eternidad.
Estarás en el corazón de todos los que te quieren...allí te quedarás...besoooosss
ResponderEliminarY no te falta razón, Marita!
ResponderEliminarMuuuuaaakssss