sábado, 9 de abril de 2011

Lo que haré justo antes de despedirme

No es que haya llegado el fin de mis dias, pero no por ello voy ni a tenerle temor a ese insoslayable acontecimiento, ni por ello voy a considerar que la existencia es vacua. En primer lugar porque se me atiborra la mente de preguntas cuando me formulo esta otra "¿desde cuando existo?". En segundo lugar porque he cedido en vida mi influencia a seres con los que he crecido (o a los que he contribuido en su crecimiento) y por tanto buena parte de lo que estoy hecho ha quedado desparramada pot ahí, en forma de alguna clase de legado tangible o intangible (prefiero esta última clase, la verdad).

Sobre la cuestión "¿desde cuando existo?", ultimamente he sostenido conmigo mismo reflexiones verdaderamente reveladoras, dentro del secretismo de cómplices compañias. Estas revelaciones me muestran que mi existencia, sin caer en el determinismo, procedía de momentos más remotos a mi propio nacimiento, por sorprendente que parezca. En efecto, tal  y como explicaré en detalle en futuras entradas de blog en las que me hallo en pleno y efervescente proceso de reflexión y elaborando materiales gráficos, mi existencia, que en adelante referiré como mi conciencia autoconsciente, se hallaba en estado de letargo.

El lugar en el que se hallaba hibernando tenia la forma de combinación genética. Hablando en plata, en el ADN. Cuando fui concebido como embrión (omito los consabidos detalles), se produjo una detonación del despertar de una simple instancia de esa conciencia autoconsciente más, como muchas otras que hay, como cuando una célula de un organismo más aparece como parte constitutiva del mismo.

Pongamos que mi conciencia dormida y asociada en fragmentos de mitades de códigos de otras conciencias, se constituyó como suma de dos mitades y se activó, adquiriendo su forma completa, no demasiado distinta de la que otros embriones poseen. En un momento determinado, que yo dato allá por mis tiernos 4 años, adquirí conciencia permamente de mi mismo. No es que antes no la tuviera, pero si que era intermitente. A partir de ahí brotó y florecí, habiendo siendo antes transportado como en una semilla.

Y lo que me pregunté en secreto y respondí así fue que desaparecer jamás desaparecería. Partes de mi conciencia aletargada viajan en paralelo en una dirección escrita por el tiempo. Algunos de los nodos de los que estoy constituido han brotado de mi,... otros fueron contemporaneos a mi,... otros se diseminaron en otros nodos, pero... siguen ahi, replicandose, transmutandose,.. las mismas conciencias que dan la ilusion de ser diferentes pero que en verdad son más uno solo de lo que aparenta. Así que no muero, ... ni nazco,... voy floreciendo una y otra vez a lo ancho del tiempo y del espacio.

Y lo se porque soy capaz de mirar dentro de tu alma como si me viera a mi mismo dentro de ella.

Esa es la revelación. A nada he de temer ya.

Lo que haré antes de despedirme es decirte, que estaré en todas partes, en toda la eternidad.

2 comentarios:

  1. Estarás en el corazón de todos los que te quieren...allí te quedarás...besoooosss

    ResponderEliminar
  2. Y no te falta razón, Marita!

    Muuuuaaakssss

    ResponderEliminar