miércoles, 30 de marzo de 2011

Comunicar, influir, convencer, manipular y coaccionar.

Son muchos los grados de penetración mental que cada cual puede desear para con su prójimo. Algunos querrán manipular a X y a Y, pero a Z sólo se le desean comunicar impresiones o pareceres. Otros querrán manipular a Z, pero influir sobre X y tratar de convencer a Y. No resulta extraña en ningún caso la voluntad cotidiana, en algunos o en todos esos grados referidos en el título, que poseemos todos de insertar en los demás una huella más o menos perdurable en el tiempo, de nuestras propias creencias.

Podría ser interesante describir y tratar de encontrar una definición práctica de términos: una definición para 'comunicar', otra para 'influir', y así sucesivamente hasta hablar de la 'coacción'. En todos los casos juega un papel crucial en su distinción las actitudes del emisor y del receptor de los mensajes.

Lo de 'comunicar' me resulta el método más asertivo de todos, tratándose de transferir una idea, sin más a uno o varios receptores de esa misma idea, tratando por todos los medios de ilustrarla bien, y en ningún caso emitiendo juicios valorativos. Información y hechos en estado puro, sin sesgos y sin inducir a ninguna clase de pensamiento. La actitud del emisor de mensajes de 'comunicación' es la de esperar la simple y correcta comprensión de lo emitido. La actitud del receptor del mensaje es enteramente libre y no está sujeta a esfuerzos que induzcan a su mente a tomar ningún rumbo. Toda decisión parte de él mismo.

'Influir', busca, por parte del emisor la adopción a largo plazo por parte del receptor de, sino todas, al menos una parte de las creencias del mismo. Para ello, el emisor genera buenas y ricas dosis de información rica y detallada que no duda en salpicar de comentarios valorativos, sin esperar una actitud de acuerdo o desacuerdo ni discusión dialéctica alguna por la parte receptora. El receptor sigue permaneciendo libre de decidir dentro de su fuero interno, sobre qué hacer con la nueva información y cómo integrarla en sus esquemas mentales, con el añadido de que dispone también de la opinión de aquel que le dio dicha información. La insistencia y reiteración de dichos mensajes y opiniones, realizada de un modo sutil y persistente puede, en un momento determinado hacer que la balanza interna del receptor se decante hacia el lado deseado. El respeto del emisor hacia el receptor es claro y evidente.

'Convencer' busca el mismo efecto que 'influir' pero a mucho más corto plazo. Luego es más agresivo y explosivo y por ende requiere de un derroche de energía mayor. Asimismo la carga de opinión de mucho mayor en los mensajes y se suele recurrir a la dialéctica, fomentada por la parte que trata de convencer. En muchas ocasiones no se tiene el menor reparo en ridiculizar las ideas del receptor para encontrar un hueco en donde fijar una cierta idea en la mente de su interlocutor. Los aspectos emocionales suelen jugar un fuerte papel, sobre todo en personas poco dadas a lo racional. El objetivo es claro: la invasion de un pequeño reducto de la mente del otro, el cual se siente a su vez poco respetado y cuestionado en algo más que una simple idea. El receptor en muchos casos claudica, al sentirse débil ante la fuerza convincente del emisor, al que se le ve tan sumamente seguro de lo que dice y dadas las multiples lagunas que, para si, reconoce el receptor.

'Manipular' busca el mismo efecto que 'influir' aunque a un medio plazo. No requiere pues de derroches de energías grandes ni de agresiones dialécticas con el receptor. Lo que suele hacer el emisor es obtener buena información del receptor con el efecto de hacer sus mensajes más atractivos y disfrazar las opiniones del emisor con las del receptor. Si, además se cuenta con la fortuna de encontrar un receptor de baja capacidad analítica, éste apenas discriminará entre qué parte de los mensajes son información pura o reflejan su propia opinión o la de la otra parte, con lo cual éstos se ensamblarán fácilmente en su mente si encuentran un hueco disponible para un nuevo pensamiento, sin plantearse nada ni nada más. El emisor no dudará en adular si fuere necesario, ni en emplear cuantas técnicas de seducción existen, con tal de lograr y mantener el estado manipulativo. El receptor se siente por otro lado apadrinado y fuertemente respaldado por alquien que, curiosamente no sólo no piensa como él, sino que le hace creer lo contrario.


'Coaccionar' es algo que prescinde de los elementos mentales del receptor, y tan sólo busca generar las reacciones que tendría alguien con las mismas ideas que el emisor. Los únicos mensajes existentes son órdenes, chantajes, ... en definitiva buscan el acorralamiento del receptor de modo que crea que su unica salida es claudicar a los intereses del emisor.

Y con estas definiciones sobre la mesa, digo yo... ¿qué clase de método(s) nos conviene emplear en la sociedad  que cada cual cree más justa? Yo daré mi opinión en un acto declarado de influencia,... me quedo con la susodicha. Y espero lo mismo, como máximo, de los demás, pero que cada cual se sienta libre de explorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario