En efecto,... cualquier cosa que se haga sin amor es una experiencia vacía. El sexo es sólo un ejemplo.
Jugar un partido de futbol con gente con la que no tenemos feeling y/o son absolutamente extraños genera la misma sensación de extrañeza. Y podría poner un largo etcétera de ejemplos al respecto. No sólo yo, sino cualquiera.
Hay, por otro lado muchas clases de amores. Dar es lo más importante de todo. Prende el amor en todo cuanto se interponga y vuelve a todo inflamable ante la llama del amor. Dar, dar y dar. Ainsss... qué mundo este que nos ha enseñado (a muchos a base de palos) a proteger y refugiar con candado impenetrable todo cuanto tenemos (lo material), cuando, sin embargo, lo que es verdaderamente posesion nuestra (el mundo de nuestra imaginación) es lo que de verdad los demás aprecian que les demos. Y no es filosofía. Es pura práctica. Al 100%.
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