viernes, 1 de abril de 2011

¿Que he hecho para merecer tanto deseo?

De repente suena mi teléfono y me cuestiono... ¿será una de las zorritas calientes de mi particular linea erótica? ¿Será una alma compungida deseando que me trasnmute en un pañuelo infinitamente absorbente? ¿Qué faceta de mi personalidad será activada en esta ocasión? ¿Cómo absorber tanta sed de uno, si sin quererlo ni beberlo me encuentro en el centro de varios firmamentos simultaneos? Ni Dios tiene tanto pluriempleo espiritual.

Y me sonrie la fortuna al descolgar, pues estoy hambriento de paz esta vez. Descuelgo y... ¡Mi zorra-gheisha favorita... el cosmos existe! Aclamo al karma del universo que se ha congraciado con mis deseos menos abyectos por una noche y oigo...."¿Te apetece ver una peliculita conmigo esta noche, nene?". Brindis y brindis, pues no me apetece nada más. Solo que cuando digo eso de..."vale, voy a ponerme a hacer las palomitas..." en seguida recibo el bofetón del destino, opositor cruel de mis deseos: "¡Pero que dices! Tu y yo nos vamos a ver una peli de esas que me ponen tan guarra!"



Me tiene bien empleado ser como soy de suelto e ir repiqueteando a diestro y siniestro en centro de la líbido de esa gran zorra que sólo quiere beberme como la horchata. Y me como mis deseos de ver una comedia romántica con los de disfrutar a Rocco Sifredi copulando lascivamente contra Belladonna, en primera convocatoria y contra Jenna Haze y compañias no identificadas, en segunda convocatoria. Y en el intermedio con la tercera aprovecho para desahogar mi silencio escribiendo estas lineas, mientras los jadeos duran y duran. Y es que ella es muy zorra e insaciable de deseo. ¿Qué habré hecho yo?

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