viernes, 15 de febrero de 2013

La dulce felicidad de un momento

Quiero ser breve, efímero, pero intenso. De la misma forma en que me siento dichoso en estos momentos, al lado de mi compañía, mi amada, mi compañera, mi viajera y copiloto en este devenir que es la existencia. Ella me hace feliz y hace que me sea posible el fluir de mis emociones, de mis palabras, de la grandilocuencia de mi alma, que se encuentra dichosa como pocas veces.

Es algo más que la intensiada del amor, del enamoramiento. Es un desmadeje de pasiones, de revoltosas y revoloteantes inquietudes de futuro que, ella, hace capaz de que yo pueda creer. Ella y sólo ella me conduce el sentido de mis sonrisa.

Ya no se ni cómo caracolear con las palabras, pues me siento iluminadamente dichoso y capaz de salir de cualquier abismo y capaz de hacer que incluso el tiempo de mi sueño sea parte de mi vida consciente.

Por todo lo que provoca, por todo cuanto me da, por todo cuanto roza mi alma, sin cesar y entregándome toda la suya sin cesar, no puedo sino rendirme con una inmensa y satisfecha felicidad a la evidencia: que le amo, sin remedio y con locura, y con una fuerza tan grande que me explota y me ensancha el alma rota en llanto emocionado.

...

Intento que cese mi llanto de emoción en estos momentos, retransmitido en riguroso directo, pero ya, las lagirmas de emocion impiden que poeda acabar de escrit con sentiod esto...

TE AMO.


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